Trabajar desde la cama se ha vuelto cada vez más común, sobre todo en estos tiempos de teletrabajo. Y es que puede ser una forma cómoda y relajante de realizar tus tareas, aunque debes saber que puede acarrear algunos problemas.
En este artículo te contamos todo lo que debes saber para que puedas valorar si la cama es el mejor lugar en el que pasar tu jornada laboral si estás trabajando en remoto.
Por qué no es bueno trabajar desde la cama
Existen varios motivos por los que no es recomendable trabajar en la cama:
Peor calidad del sueño
Uno de los principales inconvenientes de trabajar desde la cama es que puede afectar a la calidad del sueño. Cuando nos acostamos, nuestro cuerpo se prepara para dormir y no para estar activo.
Si trabajas en la cama, puedes confundir a tu cuerpo y que luego te sea más difícil conciliar el sueño. Por ello, la calidad del sueño puede ser peor, lo que te llevará a sentirte más cansado durante el día.
Menor productividad
Otro inconveniente es que puede interferir con la productividad. Trabajar desde la cama puede ser tentador porque es un lugar cómodo, pero también puede distraerte fácilmente. Y es que en un entorno tan relajado, el avance de tus tareas puede ser más difícil, necesitando más tiempo para alcanzar tus metas.
Falta de motivación
Afecta a la salud y a tu postura
Puede tener algunos efectos negativos en tu salud porque la posición que deberás tener en la cama para trabajar no es la más ergonómica, y menos aún para estar muchas horas así. Estar todo el día en la misma postura puede provocarte dolores en la espalda, el cuello y los hombros, así como generarte problemas de circulación, especialmente en las piernas.
Además, si pasas mucho tiempo así, tu cuerpo se irá acostumbrando e irás adquiriendo una mala postura para compensar tu posición.
Ventajas de trabajar desde la cama
Más allá de estas situaciones puntuales, posiblemente seas más productivo en un espacio preparado para el trabajo, con el mobiliario adecuado tanto para desarrollarlo como para cuidar de tu postura y tu comodidad.
Aún así, si tuviéramos que destacar las principales ventajas de convertir tu cama en tu oficina serían:
- Mayor comodidad: trabajar desde la cama puede ser muy cómodo y relajante, lo que te permitirá realizar tus tareas con mejor actitud.
- Menos estrés: puede ayudar a reducir el estrés al trabajar en un entorno más relajado, mejorando tu salud mental.
Cómo trabajar en la cama
A pesar de los inconvenientes, si igualmente quieres o necesitas trabajar desde la cama, hay algunas formas de hacerlo sin que se vea afectada la calidad del sueño y la productividad:
Lo primero que debes hacer es asegurarte de tener una buena almohada y un colchón cómodo para evitar problemas de cuello y espalda. También puede servirte tener un somier articulado para encontrar una mejor posición.
Es importante tratar la cama como un lugar para el trabajo y no para el descanso durante tu jornada laboral. Esto significa que, una vez termines, debes dejar de lado todo lo relacionado con tu trabajo y dedicar la cama al descanso.
Trata la cama como un espacio de trabajo temporal. Trabajar desde la cama no debería convertirse en una rutina diaria. Pero si no puedes estar mucho tiempo fuera de ella porque necesitas reposo, te recomendamos que, dentro de tus posibilidades, cambies de entorno de trabajo y estés un rato realizando tus tareas en un escritorio o en otra habitación. De esta manera, no se verán tan afectadas ni tu productividad ni la calidad de tu sueño.
Cómo contrarrestar las desventajas de trabajar en la cama
Si trabajas en la cama, ten en cuenta estos consejos para que no te afecten tanto sus inconvenientes:
Establece un horario de trabajo: mantener una distinción clara entre el momento de trabajar y el de descanso te ayudará a que tu jornada laboral no se extienda más allá de lo realmente necesario.
Crea tu entorno de trabajo: aunque estés en la cama, es importante que tengas tu espacio de trabajo, como por ejemplo el portátil o una mesa plegable o los accesorios que necesitas habitualmente. De esta manera, ayudarás a tu mente a distinguir el trabajo del descanso más fácilmente.
Una almohada adecuada: para evitar más problemas de espalda y cuello, elige una almohada buena lo suficientemente dura para sostener la cabeza y el cuello, pero también adaptable para dar comodidad a tu espalda.
Planifica una rutina de descanso: esto te permitirá mantener una buena calidad del sueño gracias a pequeños gestos como acostarte y levantarte a la misma hora todos los días o evitando usar los dispositivos electrónicos justo antes de dormir.
Haz pausas regulares: el descanso es muy importante para mejorar la concentración y la productividad. Además, ayuda a evitar la fatiga y a aliviar el estrés. Estos descansos pueden incluir salir a dar un paseo, tomar una taza de café o, simplemente, relajarte durante unos minutos.
Conclusiones
Trabajar desde la cama puede ser cómodo pero, como ya hemos visto, también tiene inconvenientes importantes como la reducción de la calidad del sueño y de la productividad.
Para evitar las desventajas de la cama, recuerda que debes tratarla como un espacio temporal para trabajar, usar buenos elementos de descanso, evitar distracciones y, siempre que sea posible, cambiar de lugar. De esta manera, podrás disfrutar de una experiencia de trabajo más cómoda y productiva desde la cama.
Licenciada en publicidad y relaciones públicas por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona. Especialista en copywriting, investigadora incansable y ejemplo de vida saludable, su facilidad con las palabras le ayuda a transmitir a los lectores los detalles de aquellos productos de descanso que prueba.